martes, 29 de marzo de 2011

Re-pensar la clínica: de la lingüística a la semiótica

Grupo de investigación 2011

Re-pensar la clínica:
de la lingüística a la semiótica

Desde mediados del siglo XX, la lingüística ha aportado al psicoanálisis un aparato conceptual muy potente: las distinciones lengua/palabra, significante/significado, sintagma/paradigma, diacronía/sincronía, elemento/estructura. Ello posibilitó una relectura de los textos fundantes del psicoanálisis bajo la consigna del “retorno a Freud”, inventándose una nueva clínica, diferente a aquella que se ha centrado en el yo (Ego Psychology), en los mecanismos de defensa (A. Freud) o en las fantasías inconscientes (M. Klein).
Sin embargo, la lingüística ha sido formada como una ciencia de un sólo tipo de signos: los signos lingüísticos. Saussure mismo esperaba que algún día se pudiera conformar una ciencia de todos los sistemas de signos que incluyera el estudio de objetos no-lingüísticos. Roland Barthes ha dado un paso más hacia la formulación de una semiología que se orienta en este sentido, tomando como cimientos los conceptos de la lingüística. Louis Hjelmslev ha hecho lo suyo creando lo que llamó glosemática. Sanders Peirce, partiendo de bases diferentes, ha propuesto una teoría general de los signos, la semiótica.
Las distintas terapias han oscilado entre un tratamiento de los signos, que emite alguien que padece, reducido al agrupamiento de síntomas, a la clasificación de trastornos, o al diagnóstico de estructuras. Entre los psicoanalistas, los signos no lingüísticos han sido confinados al terreno de lo pre y para-verbal y, más actualmente, las neurociencias cognitivas los estudian como parte del comportamiento semiótico.
Ahora bien, ¿cómo pensar el análisis a partir de estos nuevos desarrollos? ¿Qué se puede seguir sosteniendo y qué se puede dejar caer? Pero principalmente, ¿cómo hacer un uso de la semiótica que no busque la normalización del paciente ni la negación de lo inconsciente? A comienzos de los ‘70 Lacan vuelve a pensar el discurso analítico y la relación de transferencia en términos semióticos, Guattari emprende con Deleuze la crítica esquizoanalítica a la lingüística y el uso que de ella han hecho los psicoanalistas, Kristeva, propone su semanálisis. Ellos, entre  otros, han seguido muy de cerca estos avances semióticos al punto que han propuesto cambios desde el punto de vista de la teoría y la práctica clínica, dando cuenta de sus distintas posiciones respecto al psicoanálisis. Sin buscar reproducirlos, retomaremos aquí el problema que han planteado, es decir, reinterrogaremos la práctica analítica, a partir de la teoría semiótica del signo, en cuanto a su posición respecto al inconsciente, el acontecimiento y el sentido, la transferencia y la interpretación.
En cuanto la semiótica estudia todo lo que puede usarse para mentir, inquietar o hacer reír (Eco, 1988), sus desarrollos han interesado a campos tan disímiles como la sociología, las ciencias de la comunicación o la medicina. En particular, interesa al psicoanálisis en la medida que lo inconsciente está involucrado en las funciones del engaño, la angustia y el chiste.
Propongo, entonces, servirnos de la lectura de textos de semiótica y psicoanálisis, del estudio de casos clínicos, y del análisis de obras de teatro, literatura, pintura y cine, para re-pensar los problemas éticos que plantea la clínica en torno a los signos de la locura y el amor.
Coordina: Marcelo Real
Comienzo: viernes 1º de abril de 2011
Horario: viernes 20:00 – 21:30 hs.
Costo: $U 600 por mes
Dirección: Ejido 926, apto. 203
Por informes: 29018739 – 091 003435, marcelo.real@hotmail.com 



No hay comentarios:

Publicar un comentario