miércoles, 28 de marzo de 2012

Todas estamos en riesgo mientras sea en clandestinidad

Son católicas, judías, evangélicas, no creen en nada, creen en otras cosas. Quieren tener hijos,
 no quieren tenerlos, ya los tienen, los quieren tener más adelante. 

Son pobres, trabajan, temen ser despedidas, no tienen trabajo, tienen un buen salario, no 


tienen nada. 

Tuvieron relaciones sexuales con el novio, con el marido, con el amante, con el amigo, con


 un cliente, con un desconocido, fueron abusadas, tuvieron relaciones consentidas. 

Pensaron en las consecuencias, no lo pensaron.




Están a favor del derecho al aborto, están en contra, les provoca un alivio, les provoca 



tristeza. Viven en la ciudad, en el campo, en el norte, en la capital.

Lo hacen con dudas, están seguras de lo que hacen. Van a la universidad, no terminaron la 



escuela. Lo cuentan a sus amigas, no se lo dicen a nadie. 

Soy yo, vos, somos todas. 


Todas lo hacemos en clandestinidad. 


Pero sólo una minoría está segura de que no corre riesgos de morir en el intento.




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